fluir


Fluir, es mucho más que hacer movimientos suaves y armoniosos, es un estado mental en el cual impides que los pensamientos y las emociones te bloqueen. El cuerpo se tensa cuando nos aferramos a una preocupación, y esas tensiones limitan la fluidez de cada gesto.

Cuando fluyes no piensas quien te critica o quien te halaga, no haces conjeturas sobre las repercusiones que tendrá tu práctica ni te imaginas alcanzando ningún logro, simplemente fluyes...

El río no piensa donde acabará su trayecto, tan sólo fluye y de esta forma va abarcándolo todo. Sin pretensiones, sin alardes, únicamente el tránsito continuo hacia abajo, serpenteando alrededor de los obstáculos que surgen en el camino.

Es por eso que resulta tan difícil ser capaz de fluir cuando lanzas un puñetazo. Contradicción aparente, que un impacto sea realizado de forma fluida, tal y como se persigue en el Taichi. Es entonces cuando debemos recordar que el río no golpea la roca, la desborda hasta dejar anulada su capacidad de contención.

En el momento que queremos hacerle daño a alguien, dejamos de fluir tensando nuestro cuerpo, pues el pensamiento agresivo que albergamos es pura tensión mental y física. Y cuando no hay fluidez, deja de haber Taichi.

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