Sin acción, sin rivalidad




En los tiempos que corren es fácil ver todo como una guerra, y se tiende a expresar frases del tipo "aquí estoy, luchando con la vida..." o "tenemos una dura batalla con la competencia...", etc. Muchas personas, sobre todo del sexo masculino, hasta disfrutan con esta visión épica de sus jornadas, como si fueran guerreros heroicos que se enfrentan contra ejércitos inmensos.

Septiembre es el mes en el que muchos comienzan sus actividades de ocio. Gimnasios y academias comienzan a recibir con ansiedad a sus alumnos tras el duro parón del verano. Y en este ambiente de captación de clientes, como no podría ser de otra manera, se inicia una curiosa competencia por atraer de una u otra manera a la gente.

Me ha llamado la atención ver como, hace unos días, alguien ponía carteles de su academia de baile, no muy lejos de nuestra Escuela de Taichi. Lo curioso era que no se conformaba con poner sus carteles sino que, además, arrancaba con cierta expresión de enfado los carteles puestos por otras academias o escuelas, aunque no fueran de baile o danza.

Desde que abrí el centro "eltai", siempre he pensado que no tenía competencia. Que la enseñanza que imparto es una enseñanza propia y particular que no se imparte en ningún otro sitio, ni que tampoco se enseña Taichi de la manera que yo lo hago. No es ni mejor ni peor que otras metodologías, sino simplemente particular. Y por esta particularidad, entiendo que no tengo competencia, ni nadie con quien rivalizar al respecto. Esto es lo que enseño, no pretendo vendérselo a nadie. Cada cual debe decidir por sí mismo, sin influencias publicitarias, si le sirve o no.

Quien sabe, puede que esta actitud acabe por hacerme perder tantos alumnos que me vea obligado a cerrar la Escuela. Pero entiendo que ser coherente con el Taichi que practico implica, sobre todo, ser fiel al principio de la "no-acción" que, en este caso, se evidencia en la "no-rivalidad" con otras escuelas. No hay más enemigo que el "oscuro pasajero" que se encuentra dentro de cada uno.

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