trascender el combate



Trascender el combate radica en
no preconcebir en el otro capacidad alguna de que,
realmente, puedan llegar a hacernos daño.

Cuando no existe expectativa de daño,
tampoco se produce la tensión
que genera el miedo a recibirlo.

Es entonces cuando surge
la relajación expontánea
que impide al otro sujetarnos,
y cuando de verdad llegamos a ser como el agua...
no sólo en nuestra mente
sino también en nuestro cuerpo.

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